Cómo los usuarios influyen en el desarrollo de algoritmos: una mirada desde dentro

Hilario Galindez By Hilario Galindez
8 Min Read

1. Cómo los usuarios se convierten en verdaderos co-creadores de los algoritmos que usamos a diario: una exploración que revela el poder que tenemos en la configuración de la tecnología

¿Alguna vez te has puesto a pensar en el papel que juegas en el funcionamiento de los algoritmos que ves en tus redes sociales, en las recomendas que te da una tienda online o en los resultados de búsqueda? La realidad es que, lejos de ser simples consumidores pasivos, los usuarios somos protagonistas activos en cómo estos sistemas se desarrollan y perfeccionan.

Cada “like”, cada comentario, cada vez que compartes una publicación o interactúas con una publicación específica, estás enviando una señal que los algoritmos captan y analizan. Es decir, tus acciones cotidianas en plataformas digitales no solo están destinadas a que veas contenido, sino que están ayudando a entrenar y ajustar los programas que deciden qué contenidos mostrarte en el futuro. Cuando le das “me gusta” a un video de cocina, estás ayudando a que los algoritmos entiendan que ese tipo de contenido te interesa y, por ende, te mostrarán más videos similares. Lo mismo pasa si dejas de interactuar con otros temas o perfiles.

Pero no solo se trata de preferencias individuales. Las tendencias colectivas, los temas que generan más discusión o viralidad, también influyen en el desarrollo de los algoritmos. Por ejemplo, si de repente una temática se vuelve tendencia y millones de personas empiezan a buscarla, los sistemas detectan ese patrón y ajustan las recomendaciones para ofrecer ese contenido en mayor medida. De esa forma, los usuarios no solo consumen contenido, sino que también lo generan y modifican constantemente.

Hasta los errores que cometemos en nuestras interacciones —como navegar por contenidos erróneos, responder a alarmas de manera incorrecta o hacer clic en enlaces sospechosos— terminan formando parte del aprendizaje de los algoritmos, que ajustan sus reglas para mejorar en detectar y gestionar esas situaciones. O sea, ¡hasta nuestros errores contribuyen a que los sistemas sean más inteligentes!

Otra cosa importante: los feedbacks y las comunidades en línea. Cuando proporcionamos reseñas, compartimos opiniones o participamos en debates, estamos ofreciendo datos valiosa para que los desarrolladores perfeccionen los algoritmos. Todo esto hace que la tecnología evolucione en una dirección mucho más relevante y ajustada a nuestras necesidades reales.

En definitiva, tú no eres solo un receptor pasivo de contenido; eres un co-creador involuntario y fundamental en la historia tecnológica. Cada acción que realizas en el mundo digital ayuda a que estos sistemas sean más eficientes, inclusivos y adaptados a lo que buscamos.


2. Desde las redes sociales hasta las plataformas de streaming: el impacto directo de nuestros comportamientos y preferencias en el diseño y evolución de algoritmos internos que dirigen nuestras experiencias digitales

En esta segunda parte, vamos a poner algunos ejemplos concretos que demuestran cómo nuestras acciones diarias afectan directamente en cómo funcionan los algoritmos que usamos. Es como si estuviéramos dando instrucciones sin darnos cuenta.

Tomemos plataformas como YouTube, TikTok o Spotify. Cuando le damos “reproduciendo” a ciertos videos, pulgamos en playlists específicas o buscamos canciones o temas particulares, esos datos se vuelven patrones para los sistemas de recomendación. Los algoritmos aprenden qué nos gusta, qué nos aburre y qué es tendencia. Por ejemplo, si en TikTok empezamos a pasar más tiempo viendo contenido de recetas de cocina, pronto el sistema entenderá que ese tipo de videos son de nuestro interés y nos mostrará más en el futuro.

Pero no solo se trata de gustos personales. Nuestros hábitos también alimentan las decisiones de diseño de los algoritmos. Si una gran cantidad de usuarios empieza a participar en un hashtag, en un desafío o en una comunidad específica, los programadores detectan esa tendencia y ajustan las recomendaciones para potenciar ese contenido. La participación activa en ciertos temas puede disparar cambios en cómo los algoritmos priorizan ciertos contenidos o incluso en quiénes son los creadores destacados en esa plataforma.

Ahora, ¿qué pasa con los cambios en nuestro comportamiento? Por ejemplo, si empezamos a buscar información sobre un tema polémico, o si abandonamos contenidos con cierto contenido, los algoritmos lo detectan y ajustan sus recomendaciones en consecuencia. Esto puede ser positivo, porque se adaptan mejor a nuestros gustos reales, pero también puede tener efectos negativos, como en el caso de las “burbujas de filtro” donde solo ves contenido que refuerza tus ideas previas.

No olvidemos el papel de las etiquetas, las tendencias y los datos de retroalimentación. Cuando las plataformas detectan que ciertos videos, temas o perfiles generan mucha interacción, elevan su visibilidad. En ocasiones, esto puede generar contenido polémico o menos ético, pero también ejemplifica cómo los datos que proporcionamos activamente influyen en cómo se diseñan y ajustan los algoritmos internos.

Esto nos lleva a una reflexión importante: ¡cada clic, cada vista y cada interacción nos hace parte del proceso que construye este entramado digital! Así, al ser conscientes de nuestro impacto, podemos tomar decisiones más informadas y responsables en nuestra navegación diaria.

¿Qué implica todo esto para nuestra privacidad y nuestras elecciones? La realidad es que, al participar y dejar huella en estas plataformas, compartimos más información de la que probablemente pensábamos. Por eso, ser usuarios más conscientes implica entender que estamos en el centro del proceso y que nuestra participación puede tanto beneficiarnos como poner en riesgo nuestra privacidad si no tomamos precauciones.

En resumen, en esta relación de ida y vuelta, todos contribuimos a perfeccionar, modificar y en ocasiones, polémicamente, a cuestionar la inteligencia artificial que hoy nos acompaña en cada paso que damos en el mundo digital.


En conclusión, el impacto que tenemos como usuarios en el desarrollo y evolución de los algoritmos es profundo e ineludible. Cada acción, cada preferencia y cada tendencia alimenta los sistemas que, a su vez, nos brindan experiencias más personalizadas —o a veces, más controladas. Ser conscientes de esto nos ayuda a navegar con mayor responsabilidad y a entender que en este mundo digital en constante cambio, ¡todos somos co-creadores!

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